+Da información cómo se construyen las interacciones sociales en el presente, coinciden expertos
+Este deporte será un medio importante en la reconstitución del tejido social, auguran
+Sobre todo, “hora que salimos de la pandemia”, según investigadores de Argentina, Francia y México
+Detrás de la violencia en los estadios hay variables regionales, económicas, culturales y de género
Ciudad de México, 24 de abril (BALÓN CUADRADO).- Fueron premonitorias las palabras de Gerhard Vinnai, poco después de cumplido el siglo de la fundación del balompié –1863 en Inglaterra. En su libro Futbol Como Ideología, editado en 1971 por Siglo XXI Editores, el escritor alemán puso el dedo en la llaga: los goles convertidos en la cancha son los goles en contra de los dominados.
El balompié es inconmensurable opio esférico en la aldea global como espectáculo.
De acuerdo con algunos sociólogos, el deporte –futbol en particular–, es espejo de la sociedad en cualquier rincón del mundo.
Cerca de 35 sucesos con consecuencias mortales se han documentado entre 1902 y 2022 en una veintena de países de Europa, Asia, África y Latinoamérica. Estos hechos justifican la investigación académica del fenómeno desde las ciencias sociales.
Y desde la parte teórica –al margen del negocio que los dueños del balón priman sobre el espectáculo–, estudios multidisciplinarios pueden coadyuvar a que el balompié pierda la deteriorada esencia del fair play –dentro y fuera de las canchas-, como, por ejemplo, la acendrada violencia entre barras, ocurrida en el estadio Corregidora el pasado 5 de marzo, durante el partido Querétaro-Atlas, que dejó cerca de 50 heridos y no 26 como se dijo oficialmente. Uno de ellos perdió un ojo.
Y que, en lugar de atemperarse, cada vez se agudiza aún más. Cada vez son más frecuentes este tipo de altercados en la Liga MX.
Por eso es que las ciencias sociales no deben evadir el análisis del balompié ni de lo que sucede en su entorno pues se trata una actividad que comparten millones de individuos –cuatro mil millones, casi la mitad del total de la población mundial– y en la que se generan interacciones de la persona frente a sí misma y frente al tejido social.
Así coincidieron investigadores de Argentina, Francia y México que se reunieron en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), en el Foro Futbol, pasión y violencia. Reflexiones desde las ciencias sociales.
Convocados por el rector general de la UAM, José Antonio de los Reyes, y por el investigador en seguridad en el deporte, Fernando Segura, los investigadores de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina; del Instituto Nacional del Deporte, de Francia, y de la UAM, de México, analizaron fenómenos sociales en torno al futbol documentados en los siglos XX y XXI.
De los Reyes Heredia puntualizó que es importante mencionar la parte positiva del futbol como medio de socialización, fundamental en términos de la reconstitución del tejido social, en un momento en que se sale de una pandemia terrible después de más de dos años de permanecer en un cierto confinamiento.
El doctor Francisco Javier Soria López, rector Unidad Xochimilco, enfatizó que ese deporte no se limita a una actividad lúdica, ya que tiene dimensiones económicas, comerciales, aspiracionales, mediáticas y sociales que “reflejan en mayor o menor medida lo que somos, cómo nos relacionamos y cómo reaccionamos como individuos y como colectividad”.
El evento fue inaugurado por los rectores, acompañados por el Embajador de Argentina en México, Carlos Tomada; el Embajador de Francia en México, Jean-Pierre Asvazadourian y la doctora Alma Luna Olivas, presidenta del Consejo Académico de la Facultad Latinoamericana de la Universidad Policial (UNIPOL).
La primera mesa fue moderada por el doctor Fernando Segura Trejo, de la Facultad Latinoamericana de la UNIPOL.
La doctora María Magdalena Trujano Ruiz, investigadora del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, explicó que la violencia misma es parte del proceso de socialización y de las relaciones culturales.
Y es en el futbol, enfatizó, donde se generan mayores condiciones generalizadas de este tipo, empezando por el lugar donde se realiza el partido, pues hay regiones que son consideradas de gente más combativa, lo cual propicia ya una tensión.
El segundo elemento fundamental es la trayectoria de los dos contendientes rivales, pues hay situaciones de rencilla que se consideran como clásicos explosivos de violencia, inclusive se tiene una categoría desde la Seguridad Pública que les llaman de alta peligrosidad y en éstos es muy fácil que se dé el conflicto en los diferentes niveles entre jugadores, porras o barras.
También hay sectores de clase definidos con características, tipologías, estereotipos que son arrastrados a la contienda deportiva, de ahí que no sólo interesa quién metió más goles, sino cómo se desarrolló el partido mismo, lo que va exacerbando el ritmo de la contienda.
El doctor Patrick Mignon, del Institut National du Sport, de l’Expertise et de la Performance, en Francia, destacó que, en el caso de su país, existe una especie de situación de paz en los estadios a pesar de que se han dado incidentes violentos en los que sólo ha habido una persona fallecida en 2010.
En Argentina la violencia en el futbol es un problema social que ha dejado 346 muertes, 231 desde la vuelta de la democracia y 115 en los últimos 15 años, lo cual también lo convierte en un problema público y en un recurso legitimado en el que todos los actores alrededor de este deporte lo reproducen en distintos momentos desde la agresión simbólica hasta la física, detalló el doctor Diego Murzi, profesor de la Universidad Nacional de San Martín en Argentina.
(Con información de Antimio Cruz, reportero del diario la Crónica Hoy)